Gerardo Quintana Medina, quien fuera
rector de los colegios “Jorge Isaacs” y Centro Nocturno “Presbítero Francisco
Campo” de El Cerrito, es recordado por sus alumnos como un excelente profesor
de Matemáticas, que los motivó para encariñarse de esta área que muchos
consideran difícil y llevó, a varios de ellos, a profesionalizarse en carreras
afines a las Matemáticas, especialmente en las Ingenierías. Hijo adoptivo de El
Cerrito, en donde vive desde el año 1955, inició labores docentes en 1959 en la
Escuela “Pedro Antonio Molina” ; en el año lectivo 1960- 1961 fue
Director de la Escuela “José Ignacio Rengifo” ; y en 1962 se
posesionó como profesor del Colegio “Jorge Isaacs” .
También fue profesor del Colegio
“Sagrado Corazón”.
Su esposa, también docente, fue Rubelia
Rojas Agudelo, que murió en diciembre de 1996. De este matrimonio hay cuatro
hijos, todos profesionales: Paulo, Hernando, Claudia María y Adriana. Su Padre,
Hernando Quintana, también fue docente y ocupó durante mucho tiempo el cargo de
Supervisor Escolar en varios municipios del Valle.
El aprecio y el agradecimiento de
quienes recibieron sus clases sigue vigente, no obstante que se retiró de la
docencia en 1991. Pero el mismo Quintana, Bachiller del Colegio Académico de
Cartago, Normalista de la Escuela Normal Departamental para Varones de Cali y
Profesor de Matemáticas y Física graduado de la Universidad Santiago de Cali,
afirma que su éxito como catedrático de los números, resultó, más que de su
formación académica, de su facilidad innata para transmitir los conocimientos,
de su cabal cumplimiento en la preparación de las clases, de su costumbre de
motivar haciendo notar las curiosidades de las Matemáticas, de su utilización
permanente de material didáctico adecuado, de su interés por facilitar el
conocimiento de los temas con ejemplos apropiados, y de su empeño para repetir
y repetir los conceptos, así fueran complejos o elementales y de los últimos o
primeros grados, pues dice que aprendió del notable Pedagogo colombiano Agustín
Nieto Caballero que “la repetición es la madre de la ciencia”.
Si estaba orientando una clase en el
grado once, no tenía inconveniente en recordar conceptos del grado sexto o de
la primaria, si éstos eran necesarios para entender el nuevo tema, dice el
Profesor Quintana. Y agrega: Además, nunca me contenté con enunciar fórmulas o
teoremas: Siempre orientaba a los alumnos para que dedujeran las fórmulas y
demostraran los teoremas. Ha recibido múltiples reconocimientos por su tarea,
pero afirma, sin falsa modestia, que está muy lejos de merecerlos. Considera
que éstos son sólo muestras de generosidad de los funcionarios o de los
directivos de las entidades que se los hicieron.
Comunicaciones Federación Colombiana de Municipios